La cereza «amarena» es una variedad italiana, es una cereza silvestre de color oscuro y sabor amargo. Yo he usado la cereza común, la que he encontrado en la frutería vaya, por eso no me atrevo a llamar a este helado: «Helado de amarena» por si las moscas… El resultado no es igual, vale, pero es muy parecido. Usamos las cerezas que previamente hemos cocido en ron, así conseguimos que queden en un almíbar dulce, blanditas y jugosas mmmm. Las mezclamos el azúcar con la leche hasta que se disuelva. La leche tiene que estar fría así que costará un poco más. Cuando esté le mezclamos la nata, muy fría también. Ahora añadimos un pelín de esencia de vainilla. (Como 1 cucharadita o así). Tenemos la mezcla lista. Sacamos la cubeta de la heladera del congelador. Como ya sabéis esta cubeta ha de estar congelada al menos 24 horas antes. Ponemos la heladera en marcha y por el hueco que tiene para ello añadimos la mezcla. Dejamos funcionando hasta conseguir la consistencia de helado. Cuando el helado haya «mantecado» y con la máquina todavía en marcha, añadimos un poco del almíbar, pero sólo el líquido, si vertemos las cerezas se nos atascará la heladera. Dejamos unos segundos que se mezcle el almíbar y paramos. Ya tenemos el helado listo, ahora rápidamente lo sacamos de la heladera con la ayuda de una cuchara de madera o algo similar para no rallar la cubeta. En un recipiente que podamos congelar vertemos la mitad del helado. Ahora cogemos algunas de las cerezas que tenemos en almíbar y las mezclamos con el helado. Vertimos el helado restante y volvemos a poner unas cuantas cerezas más. Tapamos el recipiente lo mejor que podamos para que el helado no coja sabores extraños y lo dejamos en el congelador hasta servir.