Los alimentos para hígado graso deben cuidarse y pautarse detalladamente para llevar una dieta que no empeore la enfermedad. La nutrición tiene un gran peso en su seguimiento y progresión, ya que con ella puede llegar a controlarse. Para salir de dudas, a continuación, vamos a detallar en qué consiste esta afección y exploraremos las mejores opciones en cuanto a dieta para combatirla. También llamado esteatosis hepática, el hígado graso es una condición que se produce cuando este órgano presenta una acumulación de grasa visceral que excede lo que se considera normal. Esto puede llegar a afectar a su funcionamiento, provocando inflamación, daño hepático y, en casos más graves, cirrosis o cáncer de hígado. Existen dos tipos principales de hígado graso. Las causas de este último son diversas, pero sí que existen factores de riesgo como el sedentarismo, el sobrepeso, la diabetes, algunos trastornos metabólicos genéticos o el uso de algunos medicamentos. Dependiendo de la gravedad, esta enfermedad puede revertirse cambiando el estilo de vida o puede controlarse por medio de una serie de alimentos para hígado graso. Entre los alimentos para hígado graso, existen diferentes que están permitidos e incluso aconsejados: Alimentos ricos en fibra, donde se incluyen las frutas, verduras, legumbres y cereales de grano entero, como arroces o pan integrales. Por contra, existe una serie de comidas que conviene evitar, bien porque contienen grandes cantidades de grasas saturadas o bien porque contribuyen al desarrollo de la enfermedad: Como ya se ha adelantado, se desaconseja toda bebida con alcohol. En cualquier caso, para controlar los alimentos para hígado graso, es fundamental consultar con especialistas para que puedan estudiar el caso particular y, dependiendo de las causas que lo originan, elaborar una dieta completamente personalizada.