El gelato es más cremoso que el helado, lo que hace que su textura sea mucho más suave.
Además se sirve a una temperatura más alta que el helado, por lo que estos grados de más, nos permiten disfrutar plenamente de su sabor, mucho más que si estuviera a más baja temperatura.
Es importante destacar que aunque comparten algunos ingredientes, la clave está en su proceso de elaboración y en las proporciones de cada uno de ellos.
El gelato lleva más cantidad de leche que de crema, por lo que tiene menos porcentaje de grasa y es más saludable.
Otro factor importante es que cuenta con una proporción más pequeña de aire en su elaboración, es decir, que al mezclar sus ingredientes, se bate más despacio, captando menos aire.
Esto hace que suba o se monte menos, lo que provoca que su textura sea más densa y mucho más cremosa.
El proceso de elaboración del gelato o del helado artesanal italiano, la parte más importante es la selección de ingredientes, los cuales siempre deben ser frescos y naturales.
Primero se crea una mezcla de leche, crema y otros ingredientes que posteriormente se llevan a una máquina especializada.
Esta máquina es indispensable, ya que lo que hace, es mover la mezcla con unas palas a velocidad constante y no muy elevada, a la vez que lo enfría lentamente.
Esto logra que poco a poco se consiga esa textura cremosa tan característica y evita la formación de cristales de hielo.