El affogato es un postre italiano que consiste en una bola de helado "ahogada" en un espresso caliente recién hecho.
Cuenta la leyenda que el affogato nació por error: un cliente pidió helado y café por separado, pero el camarero, por equivocación, vertió el espresso directamente sobre la bola.
Aunque la versión más conocida utiliza café, el affogato admite múltiples variaciones.
Algunos lo preparan con chocolate caliente, otros con licores como amaretto o Baileys, o incluso con fruta caliente, creando nuevas tonalidades de sabor sin perder el contraste frío/calor que lo caracteriza.
El affogato une dos elementos icónicos de la tradición italiana: el café, con su intensidad y capacidad para dar energía, y el helado, que aporta frescura, cremosidad y una dulzura delicada.
Para disfrutar plenamente de un affogato, es importante no mezclarlo demasiado.
Primero se saborea con una cucharada que recoja ambas capas, luego se deja que el calor del café derrita poco a poco el helado, creando una textura aterciopelada y un sabor rico y armonioso.
El affogato representa el encuentro entre dos mundos: el del helado artesanal y el del café, dos excelencias que se ponen en valor mediante la selección de las mejores materias primas y la constante búsqueda de la perfección técnica.