Preparar helados en casa marca un antes y un después en la valoración de los helados que podamos tomar en verano.
Es verdad que existen establecimientos en donde podemos disfrutar de recetas de helados de calidad, elaborados con productos naturales pero, en la mayor parte de las ocasiones, suelen dejar bastante que desear.
En casa podemos preparar helados increíbles utilizando productos sencillos como base, leche, nata, azúcar y huevos, y a partir de estos preparar helados de casi cualquier sabor, chocolate, avellana, turrón, yogur, y el helado que hoy os traigo, un clásico, helado cremoso de vainilla.
Se trata de preparar una crema inglesa o unas natillas ligeras que luego congelaremos, el secreto para conseguir un sabor perfecto es utilizar unas vainas de vainillas lo más frescas posibles.
Con ellas vamos a aromatizar los líquidos, y que además darán un punto de color al helado con las características motitas negras de los granos internos de la vaina.
En un cazo calentamos la leche, las semillas del interior de la vaina de vainilla y la propia vaina ya vacía, las yemas de huevo y el azúcar.
Mientras se calienta la batimos sin parar para disolver el azúcar y evitar que se cuaje el huevo.
Cuando vemos que aparecen burbujitas en la superficie retiramos del fuego y pasamos la mezcla a un bol.
Añadimos la nata y mezclamos bien hasta incorporar.
Vertemos la crema del helado en un recipiente con tapa, un taper y lo guardamos en el congelador.
A partir de este momento, cada 30 o 45 minutos tenemos que retirar el helado del congelador.
Batimos bien para romper los cristales de hielo que pudieran formarse y guardarlo de nuevo.
Si disponemos de heladera, esta hará todo el trabajo, si no, tendremos que dedicarle cierta atención removiendo la crema una vez preparada y guardada en el frigo, removiéndola para romper los cristales de hielo que se irán formando.
No lo dejes meses en el congelador, cuanto más tiempo pase, más duro se pondrá.
Evita descongelar y volver a congelar, porque esto genera cristales de hielo grandes que destrozan la textura.
Usa recipientes planos: cuanto más delgado sea el bloque de helado, más fácil será que se ablande rápido.
Añade un poco de azúcar o miel en los helados caseros: el azúcar ayuda a que no se congele tanto.
Si ya es demasiado tarde y tu helado parece un ladrillo, aquí te dejo unos truquillos para suavizarlo.