El kulfi es un helado muy rico y goloso, además suele elaborarse con sabores poco comunes en nuestro país, cardamomo, azafrán, pistacho, mango, rosas…
El kulfi solía presentarse en forma de cono, aunque su popularidad y la exportación de la receta, nos hace encontrarnos con kulfis de distintas formas e incluso presentados en vasitos o moldes.
La elaboración tradicional del kulfi parte de la leche, que una vez endulzada, se lleva al fuego y se deja cocer sin dejar de remover, hasta que se reduce aproximadamente a la mitad, con ello se consigue una leche concentrada, tanto en proteínas, como en grasas, en azúcares y en sabor.
A esta reducción de leche se le incorporan los sabores que se deseen para el helado, durante la cocción o a posteriori, dependiendo del ingrediente adicional.
Este preparado se introduce en los moldes para congelarlos, y a diferencia de nuestros tradicionales helados, no se baten para introducir aire y evitar la cristalización, por lo que el resultado es un helado mucho más denso y consistente.
Al haber reducido la cantidad de agua con la reducción de la leche, se dificulta su cristalización, pero además, la forma tradicional de congelarlo es muy lenta.