Italia tiene una gran tradición heladera que proviene de los tiempos de la Antigüedad Clásica, cuando los romanos empezaban a implementar técnicas para conservar alimentos en hielo, como la leche y la fruta.
Fue de este peculiar modo que les surgió la idea de ofrecer una refrescante y apetitosa mezcla de hielo y azúcar, y a veces con zumos de frutas, que conservaban bajo tierra.
No fue hasta el Renacimiento, que los burgueses italianos popularizaron un nuevo producto, el helado elaborado con leche, nata y huevos tal como lo conocemos hoy.
Desde la región de la Toscana, donde se hizo empezó a consumir con especial regularidad, estando siempre presente en los banquetes de los Médici, se esparció por Europa, y el boca a boca hicieron de este un dulce conocido y aclamado por todas partes.
La principal diferencia de un helado común al auténtico gelato italiano es que el primero está hecho de crema, y el segundo está hecho con leche.
Además, el gelato italiano lleva menos cantidad de aire al estar batido a menor velocidad que el helado común, y tiene menos grasa fría, lo que hace que sea más denso, además, el gelato tiene mayor sabor y mayor cremosidad.
Para que un helado sea especialmente artesanal es importante que lleve ingredientes naturales y de primera categoría usando productos locales y frescos.
Los ingredientes principales son la leche como base, nata, huevo y azúcar, a lo que se le añaden frutos secos, fruta, u otros ingredientes dulces.
Una vez congelado, es cuando se le añaden otros ingredientes más decorativos o alternativos.
Para empezar, hay que mezclar los ingredientes de manera constante, esto se hace en caliente.
Luego habrá que dejarlo reposar unas horas para su hidratación, que es lo que da la suavidad final.
Tras este paso, es cuando hay que introducir en heladera la masa y congelarla de forma continua para que tome su densidad y sabor intenso esperado.
Es importante respetar tiempos de preparación durante todo el proceso para que quede un resultado perfecto y gustoso.
El getalo italiano es un producto exquisito y delicado, por lo que cuando la preparación está bien hecha, el helado italiano artesano puede mantener su calidad y textura idónea sólo por unos días, incluso a pesar de tener cuidado con su mantenimiento, por eso lo ideal es fabricar el helado en el propio local donde se va a ofrecer.
Todo el que haya tomado un helado en una auténtica gelateria italiana habrá notado que es un producto diferente, con una cremosidad y textura suave bastante fina y especial.
Las claves para conseguir un auténtico helado italiano son seguir paso a paso las recetas tradicionales, tomando en cuenta el no exceso de hielo, y no exceso de grasa, eliminando de la receta los aromas o conservantes añadidos.
Bien preparado y con ingredientes de calidad, se vuelve un producto saludable ligero y apetitoso, y apto para todos los gustos.