El secreto del sabor que tiene el yogurt griego se encuentra en su preparación.
Una primera diferencia, por ejemplo, entre ambos es que el yogurt regular conserva el suero de la leche en la parte cuajada, mientras que este se elimina del griego después de la fermentación, lo que lo vuelve más espeso.
El proceso para elaborar yogurt griego comienza con la pasteurización de la leche, que consiste en calentarla a una temperatura de entre 70 y 80°C, para después enfriarla lentamente, esto con el objetivo de destruir la mayor parte de los microorganismos que pueden causar enfermedades.
A continuación, se agregan los cultivos lácticos encargados de fermentar la lactosa y darle su consistencia y sabor únicos al yogurt.
Enseguida, se deja que la fermentación proceda por unas cuatro o seis horas en las que la leche cuaja y adquiere una textura más espesa.
Este es el paso más interesante de todo el proceso: durante la filtración, donde se descarta todo el suero que se desprendió de la leche y se conserva la parte cremosa, muy similar al helado, que concentra todas las proteínas presentes en el yogurt griego.
Además, el sabor se concentra al haber menos líquido y, por ende, el resultado es más ácido que la versión regular.
Por último, el yogurt griego debe mantenerse en refrigeración para que llegue fresco a tu mesa de manera que puedas disfrutarlo en compañía de una gran variedad de alimentos.
Oikos ha tenido durante 10 años la meta de atender la necesidad de muchos mexicanos de disfrutar de un producto innovador que fusionara la frescura con lo saludable.
La proteína puede ayudar a fortalecer tus músculos y proporciona energía para que realices diversas actividades.
Con su rica textura cremosa, variedad de sabores y alto contenido proteico (4.8g por cada 100 g), Oikos se puede incorporar fácilmente en la alimentación diaria de tu familia.
¡Disfrútalo solo o como parte de creativas recetas! Es un yogurt griego perfecto para quienes buscan un equilibrio entre lo delicioso y lo saludable.