La pasteurización es un proceso necesario en toda producción comercial de helados, ya que hace falta para poder eliminar de la mezcla cualquier crecimiento de bacterias perjudiciales, sin embargo, también influye en la textura de los productos.
Una mezcla de helado será mucho más cremosa luego de pasar por el proceso de pasteurización.
Esto se debe a que todos los ingredientes de la mezcla se integran mucho mejor en altas temperaturas.
Por esta razón, las mezclas hechas en máquinas combinadas o que pasan por una pasteurizadora, tienen una mejor textura que las que se procesan únicamente en una mantecadora.
Todo buen fabricante de helados sabe que los emulsionantes y estabilizantes, además de ser necesarios para realizar mezclas homogéneas, son fundamentales para tener una buena textura.
Estos productos mejoran la consistencia del helado porque evitan la formación de cristales de hielo y por tanto, que se produzcan grumos sólidos que se perciban al comerlo.
Esto se traduce en una mezcla cremosa que no se solidifica al congelarse.
La textura de tus helados será mejor en la medida que utilices materia prima de mayor calidad para su elaboración.
A medida que inyectes más aire a tus mezclas de helado, obtendrás una textura más agradable.
Esto lo puedes conseguir de varias maneras:
En las recetas que tengan huevo te conviene batirlos primero antes de agregarlos a la máquina, ya que eso añadirá más burbujas a la mezcla.
La miel tiene la ventaja de que puede reemplazar el azúcar procesada como edulcorante y hacer que tus mezclas sean más saludables.
El alcohol también puede ayudarte a realzar algunos sabores
A pesar de esto, debes tener en cuenta que los anticongelantes naturales pueden hacer que tu mezcla quede muy aguada si los utilizas en exceso.
Siempre debes tener presente el balance de tus recetas, especialmente si decides variar los ingredientes.
Cuando la base está fría, estimula a la formación de burbujas en la grasa a medida que se bate la mezcla y por lo tanto, le da una consistencia más cremosa.
También ayuda a que los sabores se perciban más intensamente.
Ser meticuloso con tus helados no solo significa enfocarte en mejorar su textura y sabor, sino vigilar cada detalle: desde las máquinas que utilizas hasta los ingredientes que incluyes, a fin de crear un producto consistente y de buena calidad.