A simple vista, el durazno, el melocotón y el albaricoque pueden parecer muy similares, pues comparten características en su apariencia, sabor y texturas. Sin embargo, son diferentes. De acuerdo con 'Ecología Verde', una web con información especializada sobre ecología y el medio ambiente, estas frutas hacen parte de la familia de las Rosaceae que es reconocida por su gran diversidad de más de 3.000 especies. Es una de las familias más destacadas y relevantes dentro del reino vegetal. La familia Rosaceae incluye una gran variedad de plantas frutales, como fresas, ciruelas, almendras y manzanas, entre otras, que se consumen a nivel mundial. Estas dos son la misma fruta, con la única diferencia de que en diferentes regiones del mundo se les llama de manera diferente. En términos de sabor, textura, forma y nutrientes, no hay diferencias significativas entre el durazno y el melocotón, ya que son la misma fruta. A menudo, estas dos frutas pueden parecer idénticas a simple vista, pero en realidad, tienen características únicas que las hacen diferentes.